PlaziVeci: Al son del sumerce

Jhoan Sebastian Sierra Vargas

Entre el sonido lejano de unas campanas, los ecos del mercado y las voces sabias de mujeres que han vivido entre frutas, hierbas y pregones, nace PlaziVeci: Al son del sumerce, es una crónica sonora que conecta el alma de las plazas con la memoria íntima y personal. Este trabajo no es solo un ejercicio narrativo: es una travesía emocional, un recorrido que entrelaza mi habilidad como periodista y escritor con mi necesidad de honrar la historia de quienes me antecedieron.

Durante este viaje entre el corazón de Bogotá y una plaza de mercado, ubicada al sur de Santander, exploré dos mundos regionales que, aunque distintos en apariencia, comparten una raíz común: la vida alrededor de la plaza. Allí, mujeres con distinción de plazeras como Menda y Marina, abrieron sus recuerdos para darme algo más valioso que cualquier dato: sus memorias. Son testimonios reales, de aquellas que crecieron desde niñas cargando canastas, madrugando con el sol al hombro y aprendiendo de sus madres, padres y abuelos el arte de vender, conversar y resistir al paso de los años.

Las entrevistas se convierten en la columna vertebral de esta crónica, pero no son simples preguntas y respuestas. Son encuentros vivos, tejidos con sonidos, ambientes y emociones. Los pasos sobre el suelo gastado, los gritos de los vendedores, los cuchicheos de quienes regatean: todo eso está presente en la construcción sonora de este proyecto. No hay ficción aquí, solo verdad emocional, contada con palabras y ambientada con el pulso real de la plaza.

Lo más profundo de este proyecto es, sin duda, mi dedicación. Mientras grababa y editaba este producto sonoro, mi abuela partió. Fue un duelo silencioso que se mezcló con cada paso que di entre los puestos de cebolla, cilantro y plátano verde. Ella, que de niña recorría las plazas de la mano de su madre, vive en este relato. Es a ella a quien se lo dedico, porque cada sonido, cada voz femenina que escuchamos, tiene algo de la suya.

PlaziVeci: Al son del sumerce no es solo una crónica, es un acto de memoria, un ejercicio de escritura con el alma, un homenaje sonoro donde el periodismo se abraza con la vida y el duelo se transforma en legado.